La explicación científica es clara. Estas ardillas no están mutando ni se trata de un escenario de ciencia ficción: sufren fibromatosis, una enfermedad causada por el leporipoxvirus. Según el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Maine, los análisis confirman que los síntomas corresponden a este virus, que provoca tumores cutáneos conocidos como fibromas
